608 44 96 09
Psicología general

La importancia de poner límites para proteger tu bienestar

El concepto de poner límites parece bastante claro, poner en valor nuestra capacidad de elegir. Recordarte y recordar a los demás que no todo te vale, ni te vale a cualquier precio. ¿Razonable, verdad? La realidad no es tan sencilla, aunque aprender a decir no es tan importante que no deberías renunciar a hacerlo.

Poner límites no es fácil

¿Por qué debería resultarnos difícil decir no, ser coherentes con nosotros mismos y no hacer algo que no queremos o no nos conviene en ese momento? Este mecanismo es algo más complejo de lo que parece, ya que se entremezclan distintos principios o valores que jerarquizamos o priorizamos equivocadamente.

Para empezar, la experiencia demuestra que lo primero que surge es un sentimiento de culpa. ¡Cómo puedes ser tan egoísta y pensar en ti en lugar de hacer un favor a alguien que lo necesita! Pero, también afloran problemas de autoestima, si no hago lo que esperan de mí, puede que tenga que afrontar un rechazo.

Y, todavía hay más motivos que nos espolean y evitan que marquemos una frontera, que digamos “hasta aquí hemos llegado”. Porque, no podemos obviar ese temor a que nos consideren personas que no piensan en los demás, solo en sus intereses. Pero, nada más lejos de la realidad, poner límites es imprescindible para tu bienestar emocional y, lejos de lo que se piensa, fortalece tus relaciones con los demás.

Pero, ¿qué es saber decir no?

Dos supuestos bastante comunes, que espero te sirvan para ubicarte en este asunto de poner límites y descubrir hasta dónde te cuesta hacerlo. Es importante que te des cuenta de que no se trata solo de negarte cuando alguien te hace una petición. En numerosas ocasiones esos límites emocionales son contigo mismo, con iniciativas que te planteas sin intervención de nadie.

  • “Mi hermano me pide que me quede con su hijo para salir con su pareja”. La verdad es que no tengo nada especial que hacer, pero ¡me apetecía tanto descansar sin más, después de una semana agotadora en el trabajo!
  • “Debería ofrecerme para explicarle esa nueva tarea a mi compañero, no se está manejando bien con el tema”. No me cuesta nada ayudarle. Sin embargo, estoy convencido de que es la empresa quien debe ocuparse de nuestra formación y creo que deben ser conscientes de las dificultades de sus empleados.

Me imagino que te estás planteando qué hay de malo en quedarte con tu sobrino, algo que te encanta. ¡Ya descansarás cuando se duerma! O que no es incompatible echar una mano con reivindicar esa responsabilidad a tus jefes. Y tienes razón. Pero, aquí lo que nos importa es entender el desgaste que implica no tener capacidad de poner límites saludables.

Porque no te das cuenta. Sin embargo, ese nivel de exigencia va incrementando tu estado de ansiedad y te genera estrés. Y es un círculo sin fin, no poner límites no tiene límite, la autoexigencia es cada vez mayor. ¿Ayer sí podías y hoy no? ¿Lo haces por tu hermano y no por tu mejor amigo? Además, ¿cómo vas a plantear ahora un cambio, si hasta ahora no habías dicho nada?

Cómo poner límites sin sentir culpa

Aprender a decir no es imprescindible para tu bienestar físico y mental. Así de rotundo tienes que ser contigo mismo si quieres avanzar en este asunto. Una vez que lo tienes asumido, viene un segundo paso imprescindible, liberarte del sentimiento de culpa. No se trata de falta de empatía, de egoísmo o de comodidad, es que necesitas pensar en ti, como ser limitado que eres

Trato de ponerte un ejemplo muy básico. Si eres mujer y madre, seguro que recuerdas esa época en la que no salías de casa sin un bolso enorme, cargado de mil y una cosas, todo lo necesario y más para cubrir cualquier mínima necesidad de tu hijo pequeño. Pero, también, me valen esas maletas a reventar que preparamos al salir de vacaciones. O las mochilas “rompe espaldas” de los estudiantes, plagadas de libros, apuntes y todo tipo de material.

Los tres casos tienen una base común: la idea de que se puede abarcar todo para tener respuesta ante cualquier imprevisto. Y, ¡no! La realidad nos demuestra que es imposible. Pues, tú como persona eres también limitada. No es un problema de perfección o de interés, es que nadie puede llegar a todo, ni tiene todas las respuestas.

Claves para empezar a poner límites

Si sigues llenando el bolso, la maleta o la mochila… acabarán rompiéndose. Y, aunque no lo hagan, cada vez serán más pesadas, te costará más moverte con ellas y perderán su utilidad. Contigo podría pasar lo mismo si no aprendes a poner límites saludables. Te ayudará seguir estas pautas:

  • Sé honesto contigo y con los demás. No hace falta buscar excusas o justificaciones, este es tu límite y ya está. Lo importante es mostrar coherencia entre lo que haces y dices, siempre con el máximo respeto.
  • Practica cierto desapego afectivo. Tus sentimientos o lealtades emocionales no deben ser la guía en la que te bases al establecer tus límites. Sé que no es fácil, pero debes distanciarte afectivamente para reflexionar sobre tus necesidades y tus prioridades.
  • Prepárate para recibir respuestas negativas. No todo el mundo va a entender tus límites y puede que no respeten tu decisión. A veces te lo harán saber sin más, otras con comentarios sarcásticos y otras, con actitudes hirientes. Debes estar preparado para intentar que te afecten lo mínimo y, sobre todo, para que no te hagan echarte a un lado en tu decisión.
  • Los límites no son perennes e inamovibles. A lo largo de tu vida, es muy probable que esos límites se muevan, cambien tus prioridades. Por eso, es importante que los revises y actualices cada cierto tiempo.

Sé consciente de que la tarea de poner límites no es cosa de un día, es un proceso que aprenderás a manejar poco a poco. Date un margen, porque puedes conseguirlo. Tu salud mental y tus relaciones personales se van a beneficiar de este nuevo enfoque. Y siempre puedes contar con apoyo o acompañamiento psicológico durante una parte de este trayecto vital.

Psicóloga colegiada B-01444. Especialista en Terapias de Tercera Generación. Terapia de Aceptación y Compromiso. Terapia Cognitivo Conductual y Neurociencias. Acreditada como Hipnoterapeuta clínico Experto en Psicosomática.

Compartir