Parece mentira que, en un mundo en constante transformación, el miedo al cambio protagonice nuestras vidas. Es esencial entender los mecanismos que explican esa resistencia. Y, sobre todo, que dispongas de las claves para saber cómo adaptarte al cambio.
Causas del miedo al cambio
¿Cuántas veces te has apuntado al gimnasio y no has llegado a ir? No es una cuestión de tiempo o de pereza, supone un cambio en tus rutinas que cuesta incorporar. Y, ¿qué me dices de todas las ocasiones en las que te has propuesto no saltar enfadada ante la mínima crítica? Seguramente, todavía estás pensando cómo abordar este reto.
En estos dos ejemplos, hay pocas dudas sobre lo ventajosos que serían para ti esos cambios. Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto dar ese paso? Pues, básicamente, porque es un proceso psicológico más complejo de lo que imaginas.
Para empezar, tu mente, la encargada de gestionar los cambios, funciona priorizando un mecanismo que se denomina homeostasia. En líneas generales, el cerebro tiende a mantener todo en equilibrio, sin que le afecten variaciones que podrían alterarlo. Además, hay otros factores que también interfieren en este proceso.
1. Ya sabes, “más vale malo conocido”…
Las personas tenemos un temor innato ante lo desconocido. Bueno, podríamos decir que la mayor parte de los animales, también. Y no es difícil entenderlo, porque es una forma de estar prevenidos ante el peligro y, por tanto, tiene que ver con la supervivencia.
Si nos centramos en el plano emocional, se explica con la expresión de zona de confort, quizá demasiado usada, pero muy eficaz por lo fácil que es entenderla. Todos tendemos a resistirnos a abandonar comportamientos y rutinas que conocemos, que son previsibles. El vacío de lo desconocido nos asusta, tanto que preferimos perder algo de calidad a correr el riesgo de cambiar.
2. Miedo al cambio por falta de motivación
Es habitual que mantengamos una costumbre o actitud porque nos proporciona beneficios, por lo menos en el corto plazo. Sin embargo, los cambios son procesos lentos, porque hay que consolidarlos. Eso implica que tardes algún tiempo en disfrutar de sus beneficios.
Por eso, para asentar cualquier cambio hay que tener una fuerte motivación, que no nos deje decaer en el esfuerzo. Incluso, puedes apoyarte en tu círculo de personas más cercanas. Su apoyo puede ser clave en los momentos que desfallezcas.
3. El papel de los autoengaños
En este momento, el tema de los bulos está en boca de todos. Pero, no es un fenómeno reciente, los engaños y falsedades han existido siempre. Y, más aún, es un mecanismo que usamos con nosotros mismos.
De hecho, los autoengaños suelen ser una herramienta para soportar momentos de sufrimiento emocional o frustraciones. Por ejemplo, cuando culpas de un suspenso a la manía que te tiene el profesor, incapaz de asumir tu falta de esfuerzo. O cuando quitas importancia a esa relación de amistad, justo en el momento que te enteras de que tu amigo se va a vivir al extranjero y no te avisó antes.
Cómo adaptarse al cambio
Hemos revisado los principales motivos que nos impiden cambiar o nos dificultan el proceso. Has podido comprobar que son de naturaleza muy distinta, lo que aún hace más complicado que podamos superar ese miedo al cambio.
Y es que, tendrás que trabajar en aspectos motivacionales, emocionales e, incluso, educacionales. Pero, ¡no te rindas! Claro que puedes conseguirlo y estos consejos te facilitarán este camino de transformación.
Recarga tu batería de razones a diario
Tu cuerpo necesita alimentarse cada día. Y tu coche, el depósito de combustible lleno para funcionar. Interioriza esta necesidad de retroalimentar tu motivación para cambiar. Lo ideal es que mantuvieras un nivel de interés siempre muy elevado. Pero, al menos, estate atento para activarlo, a la menor sensación de renuncia.
Consejo: Ve anotando cada pequeña ventaja que vas disfrutando como consecuencia de tu nueva actitud. Esa evolución es un choque de realidad que te pondrá las pilas en los momentos de dudas.
Diseña un plan de actuación
Recuerda que cualquier proceso de cambio es largo, ya que solo lo consigues cuando se ha asentado, no es algo que haces puntualmente. Por eso, debes llevar puestas las luces largas, con la vista en el futuro.
Te conviene tener claros los pasos sucesivos que tienes que dar y prever las posibles dificultades. Entre otras razones, porque no será raro que haya que modificar ciertas actuaciones, cuando compruebes que no dan los resultados esperados.
Consejo: Durante el proceso de cambio, influyen elementos externos que no puedes prever o controlar. Ten una actitud flexible, tanto en los plazos como en los resultados o la frustración te llevará a abandonar antes de tiempo.
Ten previstos recursos contra el estrés
Es inevitable que haya momentos en los que te sientas superestresado. Afrontar lo desconocido, el propio esfuerzo de cambiar o las renuncias que implica, es normal que eleve tu nivel de estrés. Es importante que cuentes con herramientas para combatir esos picos de estrés.
Consejo: La meditación o las técnicas de respiración son siempre eficaces para relajarte en momentos de mucha tensión.
Las recompensas reconfortan
Ese pequeño diario o agenda en el que reflejas tus avances, además, te sirve para poder ir recompensándote por tus logros. Ya sabes lo positivo y motivador que es reconocer los éxitos. Lo haces con los demás, ¡cómo no hacerlo contigo mismo!
Consejo: Tú sabes mejor que nadie lo que te hace sentir bien. Puede ser un baño relajante, una tarde de cine con tu pareja o, simplemente, un día de descanso, liberado de cualquier obligación o responsabilidad, con todo tu tiempo para ti.
El miedo al cambio es tan “normal” como paralizante. Es comprensible que sientas cierto vacío en el estómago ante la necesidad de acometer este tipo de retos. Pero, puedes hacerlo y, sobre todo, vas a disfrutar de una satisfacción increíble al conseguirlo. Te animo a intentarlo. Eso sí, no tienes por qué hacerlo solo, puedes contactarme y dejar que te acompañe en este apasionante proceso.
Psicóloga colegiada B-01444. Especialista en Terapias de Tercera Generación. Terapia de Aceptación y Compromiso. Terapia Cognitivo Conductual y Neurociencias. Acreditada como Hipnoterapeuta clínico Experto en Psicosomática.
