Vivimos en una sociedad avanzada, que ha superado conceptos restrictivos sobre las parejas como el mito del amor eterno. Pero, encadenar relaciones una tras otra también puede esconder carencias afectivas. Vamos a entender su trasfondo y la influencia que tiene en nuestro desarrollo emocional.
¿Encadenar relaciones es un problema?
En un primer acercamiento, podemos tener la tentación de tomarnos este tema como una simple moda. Como te decía, estamos en una sociedad abierta, donde hemos superado las imposiciones morales de otros tiempos. Por supuesto, este análisis es interesante desde la perspectiva sociológica y de cómo han cambiado los usos sociales o los valores.
Pero, aquí nos interesa un enfoque emocional. Entender qué es el llamado Síndrome de Tarzán en pareja, como también se conoce en Psicología. No olvidemos que las relaciones afectivas son esenciales para el crecimiento personal, para asentar nuestra evolución emocional y, ¡por supuesto!, para ser felices.
Lo vas a entender enseguida, este proceso de encadenar relaciones se refiere a esas personas que no son capaces de vivir el duelo necesario tras una ruptura. O sea, el problema no es que tengas muchas relaciones de pareja a lo largo de una etapa de tu vida o de toda ella. Está en el tiempo que pasa entre que terminas una relación y comienzas otra.
A ver, tampoco se trata de medir los días o meses entre relaciones. El mundo emocional es flexible y muy personal. Pero, hay dos ideas esenciales que debes manejar:
- El dolor de una ruptura de pareja no se evita con otra relación. Se camufla, no se manifiesta, pero ahí está, sin gestionar adecuadamente.
- Tienes que darte un tiempo para superar el fin de una relación afectiva. Y, ¡ojo!, no solo te hablo de pareja, también la pérdida de un amigo o cualquier otra persona con la que hemos establecido una relación.
¿Por qué salto de una relación a otra?
Una vez aclarado que son las relaciones liana, ¿cómo te ves de identificado con estas situaciones? ¿Crees que te está ocurriendo? Es importante que tomes conciencia, pero, seguramente, lo que necesitas ahora mismo es entender que te lleva a encadenar relaciones.
Estas son las principales causas que hay detrás de estas relaciones encadenadas.
Dependencia emocional tras una ruptura
No voy a detenerme mucho más en este asunto, porque te lo he citado desde el primer momento. Sin embargo, tiene que encabezar este listado de causas, ya que es el más frecuente y el que tiene mayor incidencia.
Sobre todo, prima la necesidad de no sufrir. Y parece que basta con estar acompañado, para que se nos quite de la cabeza ese dolor por haber roto una relación. Puede que durante un tiempo sientas ese “subidón de endorfinas” del enamoramiento inicial, aunque lo más probable es que te lo pierdas, porque no llegas a ilusionarte como se merece la nueva pareja.
Temor a la soledad
Nos aferramos a cualquier relación, incluso aquellas que son tóxicas o delimitantes, todo por no estar solos. De verdad, es esencial que aprendamos a disfrutar de nuestra propia compañía. ¡Cuándo descubras todo lo que vales, te será más sencillo establecer relaciones saludables y enriquecedoras!
El mito del amor romántico
Desde luego que la vida en pareja es muy gratificante. Eso sí, cuando se desarrolla en el marco del respeto. Pero, cuidado con idealizar este tipo de relaciones y ponerlas en un nivel superior al resto. ¿Acaso no es enriquecedora la maternidad? ¿Y qué me dices de ese amigo que lleva a tu lado toda la vida?
Con esto, lo que pretendo explicarte es que no hay unas relaciones afectivas mejores que otras. No es más gratificante el amor de pareja, que el filial o el que se establece entre hermanos. Una vez más, lo interesante es diversificar, establecer relaciones de calidad. No es necesario (y mucho menos conveniente) que te lances a los brazos de Cupido como única forma de desarrollar tu afectividad.
¿Y si es mi pareja la que encadena relaciones?
Hasta ahora, me he centrado en que seas tú quién salta de una relación a otra. Pero, puedes estar en el otro lado del espejo. Es decir, que te veas envuelta en una relación liana, porque también tiene su repercusión. Al final, son parejas con carencias y, por tanto, que no van a ser satisfactorias.
Por eso, es interesante que tengas algunas pautas para identificar, en este caso, que te han colado una relación encadenada. Así podrás plantearle tus dudas a tu pareja y tomar tus propias decisiones:
- Eres el amor de su vida, ¡desde el primer día de la relación! El amor no es un chispazo que salta sin más. Es un sentimiento que se asienta en el conocimiento y las experiencias compartidas.
- Te presiona y se molesta con tus dudas. Es la consecuencia lógica del punto anterior. Tu pareja va acelerada y, en contraposición, tú vas más despacio, eres más cauto. Un desequilibrio muy marcado es una señal de alerta.
- Su prioridad es el placer continuo, solo se esfuerza en pasarlo bien a cada momento. No hablo solo de sexo, que también, sino de saltar de una actividad a otra constantemente. No hay tiempo para charlar, para compartir los problemas del día a día, las responsabilidades. Nada de nada, solo diversión.
- Hay comparaciones continuas con otras personas o relaciones. El caso más evidente es el que no para de hablarte de cómo era o lo que hacía su otra pareja. Pero, también, puede haber insinuaciones sobre la familia u otros amigos, que si hacen esto o le apoyan en lo de más allá.
Al final, lo que ocurre es que tienes una sensación de estar de “prestado”. No es la relación que tú necesitas, incluso, te llegas a sentir utilizado.
El principal problema de encadenar relaciones es que no vas a encontrar el bienestar emocional que buscas. Es un espejismo, una realidad impostada, donde las cosas no son como parecen. Tómate tu tiempo, el que necesites para rehacerte entre una relación y la siguiente. Hay ocasiones en las que te puede venir bien el apoyo y la orientación psicológica que podemos darte.
Psicóloga colegiada B-01444. Especialista en Terapias de Tercera Generación. Terapia de Aceptación y Compromiso. Terapia Cognitivo Conductual y Neurociencias. Acreditada como Hipnoterapeuta clínico Experto en Psicosomática.
