La sobreinformación es un problema especialmente delicado cuando alude a la salud. Un claro ejemplo es el revuelo ocasionado en redes sobre el tema del cortisol en el cuerpo. Básicamente, relacionado con el estrés y el sobrepeso. Por eso, me parece esencial ayudarte a aclarar tus dudas.
El papel del cortisol en el cuerpo
Empiezo explicando que el cortisol es una hormona. Esto es, una sustancia que produce nuestro organismo, en concreto en las glándulas endocrinas. Las hormonas se mezclan con el torrente sanguíneo, que las transporta a los distintos órganos para que cumplan sus funciones.
En el caso del cortisol, hablamos de una hormona vital para el funcionamiento correcto del cuerpo. Segregado por las glándulas suprarrenales, que se ubican justo encima de los riñones, el cortisol está presente en prácticamente todos los tejidos corporales.
¿Qué funciones regula la hormona cortisol?
Para que te hagas una primera idea de su importancia, el cortisol interviene en procesos tan importantes como:
- La alimentación, siendo imprescindible para metabolizar los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas.
- Equilibra los niveles de glucemia, de ahí su relación con la diabetes.
- Regula el ciclo de sueño-vigilia.
- Controla la presión arterial.
- Es esencial para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico.
- Sirve para combatir la inflamación.
La hormona del estrés
Pero, una de las razones por las que el cortisol se ha colado en las conversaciones cotidianas es por su estrecha relación con el estrés. De hecho, es fácil encontrar muchas alusiones al cortisol en las que se le denomina “la hormona del estrés”.
Sin duda, esta expresión alude a una realidad. Y es que, entre las funciones esenciales del cortisol en el cuerpo, está la de poner en marcha mecanismos de alerta para protegernos de un peligro. El cortisol, en concreto, ayuda a que el organismo obtenga la máxima energía, de forma que pueda reaccionar rápidamente.
Además, aunque ya he señalado que el cortisol se genera en las glándulas suprarrenales, hay que destacar su estrecha relación con el cerebro. ¿Por qué? Pues, porque la glándula pituitaria, ubicada en la parte inferior del hipotálamo, es la que dirige la producción de cortisol.
Los niveles de cortisol en el cuerpo
En este asunto del cortisol, el equilibrio es el estado perfecto. O sea, que tus niveles de cortisol no sean elevados, ni tampoco que estén por debajo.
La verdad es que las alteraciones de cortisol no son tan frecuentes como parecería, sobre todo si recalas por esas poco recomendables páginas para perder peso rápidamente y sin control médico. A modo de orientación, te dejo aquí algunos de los síntomas que, combinados más que de forma aislada, pueden relacionarse con el aumento de cortisol:
- Presión arterial alta.
- Aumento brusco de peso, especialmente visible en la parte superior del cuerpo.
- Sensación de fatiga sin motivo aparente.
- Aparición de irritaciones en la piel.
Por cierto, la producción de cortisol sigue un patrón. El pico más alto se da al levantarte y, después, va disminuyendo progresivamente hasta alcanzar mínimos por la noche. De ahí que, el sueño juegue un papel esencial siempre que hablemos de controlar el cortisol.
¿Qué causas provocan el aumento de cortisol?
Una vez más, no puedo recomendarte otra cosa que acudir a tu médico si tienes dudas. Mediante un sencillo análisis de sangre, sabrá si te encuentras en un nivel correcto de cortisol. También, se puede detectar con un análisis de orina o de saliva. Si hay alteraciones, tu médico decidirá los siguientes pasos a dar para descartar enfermedades o problemas de salud.
Evidentemente, después de explicarte la relación entre estrés y colesterol, es lógico deducir que cuando atraviesas por una etapa de estrés agudo o sufres estrés crónico, la producción de cortisol puede ser más alta. Pero, también, las alteraciones del sistema endocrino u otras enfermedades podrían originar un desequilibrio en tus niveles de cortisol.
¿Cómo reducir el cortisol y su efecto sobre la grasa abdominal?
Ya te adelantaba que, uno de los motivos por los que el cortisol ha cobrado protagonismo en los últimos tiempos es por su supuesta relación con el aumento de peso. Para ser más precisa, con la acumulación de grasa, más que nada en zona superior del cuerpo.
Es verdad que esta hormona es esencial para la metabolización de los nutrientes, entre ellos, grasas y azúcares. Sin embargo, no está demostrado que, el cortisol elevado haga que se incremente tu sensación de apetito. Pero, sí hay una mayor propensión a acumular más grasa. Recuerda que, tu mente ha alertado de un peligro y el organismo responde reservando energía para poder usarla como respuesta inmediata.
Aun así, todas estas afirmaciones hay que filtrarlas caso a caso. Normalmente, si has cogido peso y atraviesas un momento complicado, con sensaciones de estrés y ansiedad, no hay una única causa de esos kilos de más. Y, desde luego, no se puede achacar todo al cortisol. Ponerte en manos de un nutricionista o un endocrino sería, sin duda, la opción más interesante.
¿Cómo puedes controlar el nivel de cortisol en el cuerpo?
En general, no tienes por qué pensar que hay alteraciones en tu cortisol, salvo señales de alerta muy marcadas. O, por supuesto, si tu médico te ha hecho análisis que lo confirman. Y, sin duda, uno de los grandes detonantes del aumento de cortisol puede ser el estrés.
Por eso, aquellas medidas que contribuyen a reducir tu estrés o nivel de ansiedad, van a venirte bien para controlar el cortisol. Además de la dieta saludable, el ejercicio y el descanso regular, puedes:
- Evitar las sustancias estimulantes, como la cafeína, que puedan alterar tu rutina del sueño.
- Practicar técnicas de relajación o, al menos, ejercicios de respiración.
- Ser regular con tus horarios de comidas.
- Reducir el consumo de azúcar y de grasa, sobre todo, por la tarde y por la noche.
Sin duda, es más que interesante conocer el papel que juega el cortisol en el cuerpo, especialmente en lo que se refiere a su relación con el estrés. Si quieres, juntas podemos profundizar sobre el tema o descubrir todas las herramientas que la Psicología pone a tu alcance.
Psicóloga colegiada B-01444. Especialista en Terapias de Tercera Generación. Terapia de Aceptación y Compromiso. Terapia Cognitivo Conductual y Neurociencias. Acreditada como Hipnoterapeuta clínico Experto en Psicosomática.
