Consejos para superar el bloqueo emocional y avanzar

Sin darnos cuenta, hay ocasiones en las que somos nosotros mismos quienes nos ponemos trabas para avanzar. Es lo que ocurre con el bloqueo emocional. ¿Es posible superarlo? Desde luego, dispones de herramientas para conseguirlo, que te ayudo a gestionar.

¿Qué es el bloqueo emocional?

Sabes esas veces que esperas en la cola de la caja del supermercado intentando pagar tu compra. Tienes una prisa tremenda, necesitarías avanzar. Pero, por mucho que lo deseas, ahí estás, paralizado.

Sé que puede parecer un ejemplo muy primario, pero es lo suficientemente visual para entender cómo te sientes cuando estás emocionalmente bloqueado. Tienes una barrera que no te permite afrontar lo que tienes delante, por rutinario y sencillo que sea. No puedes pensar, incluso tus sentimientos son confusos, difíciles de identificar.

El bloqueo emocional no tiene por qué producirse en todos los ámbitos de tu vida. De hecho, es bastante frecuente que se manifieste en uno concreto, en el laboral, en el familiar o en el de la pareja. Precisamente, una de las dificultades de que no tomes conciencia de que te estás bloqueando es esa, que sea una conducta restringida solo a situaciones muy delimitadas. Aunque, al final, acabas percibiendo que funcionas con cierta inercia, como si estuvieses atrapado sin voluntad.

Pero, ¿qué está bloqueando mis emociones?

Como ocurre con otras respuestas psicológicas, lo más habitual es que el bloqueo emocional sea una reacción ante una situación emocionalmente negativa. Lo has pasado mal y tu mente intenta protegerte para que no vuelvas a sufrir.  Pero, para dar una explicación más completa, hablaríamos de una especie de mecanismo de defensa que surge, básicamente, cuando has sido incapaz de procesar y gestionar alguna experiencia concreta.

Básicamente, el miedo y la falta de seguridad son los factores que juegan un papel más protagonista en estas situaciones. Junto a ellos, la baja autoestima. Y, por tanto, ahí habría que centrar los esfuerzos para desbloquearte.

Aprendiendo a superar el bloqueo emocional

Esta vez, en lugar de darte unos consejos generales para actuar frente al bloqueo emocional, he pensado que te sería más útil que te proponga varios supuestos. Son casos muy frecuentes y representativos de lo que son los bloqueos, por lo tanto, con los que es fácil que puedas identificar. En cada uno de ellos, una propuesta de reacción alternativa.

1. No te postulas a un ascenso en el trabajo

Te sientes inseguro y, además, el clima de competitividad que se respira entre compañeros no ayuda. Para colmo, hace pocos días recibiste un toque por un error en una de tus tareas. ¡Mejor me quedo calladito y como estoy, no vaya a ir a peor!

Consejo: Se trata de que cambies tu negatividad y veas la situación como una oportunidad para aprender, te den o no el puesto. Y, para acudir con tu confianza reforzada:

• Haz un listado con todas las ocasiones en las que te felicitaron por un éxito en el trabajo.
• Otro con las ocasiones en las que un compañero te dio las gracias por haberle ayudado.
• Repasa tus habilidades y capacidades, poniéndolas en relación con las competencias de ese trabajo.

2. Acabas de conocer a alguien que te atrae, pero te muestras distante

La verdad es que tu vida sentimental no ha sido precisamente una balsa. Has pasado por varias experiencias algo tormentosas y que solo te evocan malos recuerdos. Te cuesta muchísimo confiar en alguien de nuevo y lo que te domina es el pánico a que te vuelvan a hacer daño.

Consejo: ¿De verdad tienes algo que perder por intentarlo? En todo caso, puedes disfrutar de unas risas y de un rato agradable si te decides a tener una primera cita. Te recomiendo un espectáculo musical o ir a un sitio donde podáis bailar. No se trata de mis preferencias, está demostrado que la música nos ayuda a relajarnos y facilita que dejemos salir nuestros sentimientos y nos mostremos más como somos.

3. Observas la realidad con frialdad

Tremendas imágenes de guerra o desastres en las noticias, un niño que llora desconsolado o personas sin recursos con las que te cruzas por la calle. ¡Ni siquiera esas tiernas escenas de gatitos que se prodigan por internet! Nada consigue emocionarte, es como si nada fuese contigo. Es más, tienes una actitud algo defensiva, precavido por si a alguien se le ocurriese reclamarte algo de ayuda.

Probablemente, has tenido una pérdida emocional que te marcó profundamente. O quisiste colaborar y te quedaste con la sensación de que había sido un fracaso.

Consejo: Cuestiónate si realmente no te afecta lo que estás viendo o, al contrario, es que tienes la sensibilidad a flor de piel y no quieres que se note. Es el momento de que dejes salir tus emociones. Quizá este es el supuesto en el que es más difícil que superes el bloqueo emocional por tu cuenta, aunque puedes intentarlo con estas prácticas:

• La meditación. Empieza por relajar tu cuerpo, ya que el bloqueo genera tensión. Pero, además estas técnicas facilitan que reconectes con tu yo más profundo, desde la soledad, sin la sensación de que nadie te juzgue. Por tanto, con más sinceridad y con mayor claridad.
• La escritura. Otra excelente herramienta para expresar tus emociones. Aquí, la ventaja es que te permite adoptar una posición de análisis con cierta distancia. Eso que en narrativa se llama el punto de vista de la tercera persona. Es preferible que escribas sin pensar demasiado, de manera espontánea. No buscas la calidad literaria, si no expresar emociones.
• La paciencia: Visualiza tu bloqueo emocional como si fuese una lesión muscular que requiere de masajes. Si has ido al fisioterapeuta, sabrás que tiene que trabajar la zona dañada lentamente y en varias sesiones. Con tu nudo emocional ocurre lo mismo, tienes que ir soltándolo poco a poco, sin impaciencia.

¡Cree en ti y en tus potencialidades! Este es el mejor consejo que quiero darte para ayudarte a superar tu bloqueo emocional. Sé que no es fácil, pero si necesitas apoyo psicológico podemos intentar avanzar juntos. Y, con una mirada más positiva y alegre. Porque merece la pena no solo el destino, sino disfrutar del camino que te lleva a conseguir tus metas.