Parece lógico pensar que focalizarnos en el presente es la mejor fórmula para manejar el día a día. Pues, ¡no es tan común! A menudo, nos perdemos en divagaciones sobre el pasado o proyecciones a futuro. Descubre cómo la práctica de la atención plena puede ayudarte.
Beneficios de incorporar la atención plena a la vida cotidiana
La atención plena no es otra cosa que tener la capacidad de centrarnos en el presente. Esto significa ser consciente de lo que estás haciendo y cómo te estás sintiendo. Es decir, es una toma de conciencia sobre lo que sucede en el exterior y lo que experimentas en tu interior.
Puede que estés más familiarizado con el término mindfulness. Realmente, el mindfulness es una de las prácticas o técnicas que nos sirven para aprender a observar nuestros pensamientos y emociones, así como las sensaciones físicas que pueden provocarnos. Todo ello, alejándonos de una actitud crítica o emitiendo juicios, simplemente dejando que fluyan.
Y, ¿por qué es interesante integrar la atención plena en tu rutina?
- Vas a sentirte más feliz, ya que disfrutas de tu vida, de esos pequeños detalles que tanto bienestar nos producen.
- Mejora tus relaciones personales, porque te das cuenta de esos patrones de comportamiento automatizados que pueden ser molestos. Te permite modificarlos y aumentar en empatía y cercanía.
- Profundizas en tu autoconocimiento, siempre un avance para tu confianza, tu autoestima y para seguir creciendo.
- Rebajas tus niveles de estrés y de ansiedad.
- Trabajas capacidades tan importantes como la de concentración o la de atención.
- Tu cuerpo lo agradece, ya sabes, “mens sana in corpore sano”.
3 propuestas de mindfulness para principiantes
Practicar la atención plena en la vida diaria es más sencillo de lo que imaginas. Por supuesto, tienes la posibilidad de profundizar más en esta forma de meditación trabajando con especialistas. Pero, para dar ese primer paso por tu cuenta, puedes probar cualquiera de estas fórmulas.
Mindfulness en casa
Seguro que estás pensando que esto de la meditación está muy bien. Pero, si ya haces cábalas para cuadrar tu agenda, ¿cómo practicar atención plena a diario sin “morir en el intento”, como diría Groucho Marx?
Se trata de reservarte unos 10-15 minutos al día, justo en ese momento del día que mejor te venga. Es esencial que puedas estar solo, sin interrupciones externas. Ni que decir que nada de móvil, ni tecnología. También, tienes que encontrar un rincón en el que te sientas especialmente a gusto.
Estos sencillos preparativos previos sirven para crear un ambiente que te ayude a la reflexión e introspección. Pero, como sé que no es fácil conseguirlo al principio, te dejo algunas ideas:
Técnica de observación consciente
- Elige un objeto cualquiera, un cuadro, una planta, una lámpara…
- Concentra toda tu atención en escrutar cada uno de sus detalles.
- Si es posible, usa más de un sentido: el tacto, el olfato, el oído.
Alimentación consciente
¡Sí, puedes aprovechar el momento de la comida para practicar la atención plena! Depende de tus costumbres, puede ser el desayuno o la cena. O, simplemente ese parón para tomarte un café o infusión a media tarde. La clave es que no tengas ninguna prisa o presión. El objetivo es centrarte en saborear ese alimento con todos los sentidos.
- Empieza mirando la comida, su color, la forma, la presentación.
- Acerca el alimento a tu nariz para percibir el aroma que desprende.
- Cuando lo introduzcas en tu boca, intenta fijarte en todas las texturas.
- Importante: recréate masticando. Hazlo despacio y disfrutando el proceso.
Practica la atención plena mientras paseas
Puede que seas de esas personas que se agobian en casa. Siempre encuentras algo que hacer, lo que dificulta tener la predisposición más apropiada para la atención plena. Para ti, también, hay opciones.
Un paseo consciente
- Tómate 30 minutos al día para caminar. Un beneficio doble, haces ejercicio y practicas mindfulness.
- Empieza el paseo a un ritmo normal. Poco a poco, encuentra el ritmo de paso que más te relaja o con el que te sientas más liberado. Hay quienes se sienten mejor caminando lentamente y quienes prefieren la velocidad.
- Focaliza tu mente en algo concreto: el ritmo de respiración, las sensaciones en tus pies o la sensación de la brisa en tu rostro.
Conexión con la naturaleza
Otra fórmula para integrar la atención plena en tu día a día, si necesitas salir a respirar al aire libre es aprovechar el potencial positivo de los entornos naturales.
No tienes que organizar una excursión al otro lado del mundo. Seguro que en tu barrio o urbanización, al salir del trabajo o en el jardín cerca de casa encuentras un recoveco que te encante. Un rincón especial, donde puedas concentrarte en el sonido de los pájaros o en el silencio. Solo tienes que disfrutar de la sensación del sol en tu cara o impregnarte del olor a tierra mojada.
Otra forma de afrontar la jornada laboral
No te preocupes, no te propongo nada que interfiera en tu actividad laboral, ni pueda suponerte un riesgo. De hecho, lo ideal sería seguir el ejemplo de Apple, Google u otras tecnológicas que ya implantaron estas iniciativas en sus centros de trabajo hace años.
La idea es que te organices de otra forma, solo adoptando algunos mínimos cambios:
- Organízate para llegar al trabajo sin prisas. Es preferible que calcules dejando un margen para afrontar imprevistos como los atascos.
- Dedica los primeros 5 minutos a ubicarte: abre la agenda, revisa lo que tienes que hacer.
- Respira profundamente, haz un ligero estiramiento y adopta la postura adecuada para tu actividad.
- Cada hora o 40 minutos, tómate unos 4-5 minutos para respirar y conectar contigo mismo. Te ayudará cerrar los ojos o bajar la mirada y dejar que fluya el primer pensamiento que te venga a la cabeza.
Practicar la atención plena te ayuda en tu día a día. Solo tienes que intentarlo para disfrutar en primera persona ese poder positivo que te va a aportar. Estoy convencida de que, incluso, descubrirás beneficios exclusivos que tiene para ti. Sin duda, puedes contactarnos para que compartamos esas experiencias.
Psicóloga colegiada B-01444. Especialista en Terapias de Tercera Generación. Terapia de Aceptación y Compromiso. Terapia Cognitivo Conductual y Neurociencias. Acreditada como Hipnoterapeuta clínico Experto en Psicosomática.
