608 44 96 09
Psicología general

Cómo identificar y superar el síndrome del impostor

¿Te encuentras en un momento dulce, viviendo éxitos profesionales y personales, pero sientes que son fruto de la casualidad? Si te cuesta aceptar que tus logros son producto de tu esfuerzo, puede que estés atrapado en el síndrome del impostor. Un asunto más común de lo que imaginas, que quiero ayudarte a identificar y superar.

¿Qué es el síndrome del impostor?

Kate Winslet, la protagonista de Titanic, es una extraordinaria actriz que lleva años cosechando éxitos en su carrera. Sin embargo, ha confesado que, en más de una ocasión, se ha sentido un fraude, que se levantaba pensando que no tenía cualidades para cumplir con su trabajo.

¿Te parece increíble que tenga ese bajo concepto de sí misma? Pues, no es la única persona que ha triunfado y le cuesta reconocer su valía. Otros ejemplos de personalidades que han reconocido sufrir el síndrome del impostor son Michelle Obama, Lady Gaga o el reconocidísimo director Martin Scorsese.

Es interesante comenzar con estos ejemplos para comprender realmente la naturaleza de este fenómeno. Visto desde fuera, cuesta entender la falta de seguridad en su talento de quienes son reconocidos universalmente. Pero, es que esta es la esencia del síndrome del impostor, estar convencido de que tus logros son producto de la suerte o de factores externos que nada tienen que ver con tus capacidades.

El problema no es tanto sentir esa “incompetencia”, sino el grado de estrés y ansiedad que puede acabar por generarte. Porque, vives con verdadero temor es que vas a acabar siendo descubierto, que los demás se van a dar cuenta de que eres una estafa. Y, por eso, es esencial que seas consciente de lo que te pasa, para poder solucionarlo.

Claves para identificar este síndrome

Todos tenemos momentos o etapas con una menor autoestima. Épocas en las que nos parece que no damos la talla, que no estamos a la altura de las circunstancias. Esas situaciones puntuales no tienen por qué desembocar en un síndrome del impostor. Hay ciertas pautas que te van a permitir identificar más fácilmente si sufres este problema:

  • La falta de confianza en ti mismo es una constante. Es normal tener dudas sobre tus carencias en determinadas cuestiones. Nadie es perfecto y todo no se nos da igual de bien. Pero, de ahí a desconfiar de tus habilidades siempre y para acometer cualquier acción va un abismo.
  • Buscas explicaciones externas a tus propios éxitos. ¿Qué tu chico se ha enamorado totalmente de ti? No será por qué te lo mereces, sino porque todavía no se ha dado cuenta de cómo eres de verdad. ¿Que tu jefe delega en ti cada vez más responsabilidades? ¡Claro!, no tiene a nadie más cerca para hacerlo. Y así, sucesivamente, todo lo bueno que te pasa es pura casualidad.
  • Te aterra la idea del fracaso. Parece una incongruencia, mientras te sientes poco capacitado, a la vez, te da pánico equivocarte. Pero, esta es una característica diferencial del síndrome del impostor, el temor a que se descubra tu “fraude” como persona. Y el peligro es que este miedo llegue a paralizarte e impida que acometas más proyectos.
  • Eres excesivamente perfeccionista. Querer dar lo mejor de ti mismo es una actitud positiva, pero exigirte siempre la ausencia de fallos solo acaba generándote ansiedad y estrés.
  • Te pones límites a ti mismo. Prefieres no asumir ascensos en el trabajo o compromisos personales, todo para no correr el riesgo de que otros descubran que eres un “impostor”.

¿Cómo llegas a tener esta sensación de que eres un impostor?

No será la primera vez que te hable del poder de la mente humana. Y el síndrome del impostor es un buen ejemplo de cómo se puede llegar a transformar una realidad, que parece objetiva para todos, por influencia de nuestras propias percepciones. Por ideas que hemos asentado en nuestro yo más profundo y que actúan como filtro.

Una vez más, también, tenemos que poner el foco en la falta de seguridad en uno mismo. Achacar tus éxitos académicos a un golpe de suerte, cuando tú deberías saber mejor que nadie las horas de estudio y trabajo que hay detrás de cada examen, solo se explica si estás convencido de que te faltan capacidades, que ni siquiera el esfuerzo puede suplir esas carencias.

Pero, para explicar algo tan complejo como el síndrome del impostor hay que recurrir a una confluencia de causas. Entre las más habituales:

  • Una educación autoritaria, con un entorno que siempre te exigía llegar al máximo y te criticaba si no conseguías destacar como el mejor.
  • Cierto sesgo de género. Aunque afortunadamente cada vez es menos frecuente, las mujeres parecían más propensas al sufrir el síndrome del impostor. Era una consecuencia más de esa presión que obligaba a las mujeres a demostrar más sus capacidades, porque de partida estaban menos capacitadas.
  • La cultura del éxito. Vivimos en sociedades donde solo se visibiliza a los triunfadores, no hay espacio para el fracaso. Hay que demostrar constantemente tu valía, solo contrastada con los resultados y, normalmente, por comparación con otros.
  • Una experiencia dolorosa de fracaso. Si has pasado por una situación en la que sentiste que decepcionaste profundamente a alguien, eso puede haberte dejado huella.

5 Pautas para superar el síndrome del impostor

No lo olvides, ¡si has llegado aquí es porque lo mereces! Sé que decírtelo no te ayuda en este momento, pero es importante que tú te lo digas a ti mismo. Para llegar a ese convencimiento, estos consejos pueden ayudarte:

  • Analiza las causas de tus éxitos. A ver, ¿cuántas veces has comprado lotería y cuántas te ha tocado? Sin embargo, ese protagonismo de la suerte te parece más probable en tu trabajo o tu vida personal.
  • Afronta tus miedos. ¿Qué es realmente lo que te preocupa, no dar la talla o defraudar a otros? Es importante identificar tus temores, para poder trabajar para superarlos.
  • Evita las comparaciones. Siempre habrá alguien mejor que tú. Las comparaciones solo sirven para minar la autoestima. Establece esa competición contigo mismo, para superarte y evolucionar.
  • Pequeñas metas, grandes resultados. La manera de llegar más lejos no es correr mucho, sino avanzar poco a poco con constancia. La vida es una carrera de largo recorrido, con muchas metas intermedias que puedes ir celebrando cuando las alcanzas.

El síndrome del impostor es un problema porque te limita y te impide disfrutar de tus éxitos. ¡Puedes superarlo! Y, si necesitas apoyo, puedes contar con nuestra ayuda psicológica.

Psicóloga colegiada B-01444. Especialista en Terapias de Tercera Generación. Terapia de Aceptación y Compromiso. Terapia Cognitivo Conductual y Neurociencias. Acreditada como Hipnoterapeuta clínico Experto en Psicosomática.

Compartir