Miedo a tomar decisiones importantes: cómo actuar con confianza

Tomamos decisiones continuamente, sin apenas ser conscientes. Sin embargo, aprender cómo tener confianza nos ayuda en aquellas situaciones más complejas. ¡No tardarás en comprobar la utilidad de estas recomendaciones!

Cómo tener confianza facilita la toma de decisiones

Desde que abres los ojos por la mañana, estás tomando decisiones: qué ropa te pones, el desayuno, si coges el coche o vas en transporte público. ¿Devuelves hoy esa llamada que tienes pendiente? Y así podía seguir en una lista interminable.

Probablemente, lo haces y no le prestas mayor importancia, ya que son decisiones que casi te salen sin pensarlo. Además, aunque cada opción que adoptamos tiene consecuencias, muchas de ellas no son trascendentes. Y, sobre todo, en caso de equivocarnos, es fácil rectificar.

Hasta aquí, como decía, ni siquiera eres consciente de que cada decisión es un acto de responsabilidad, porque no solo repercute en ti, sino que puede afectar a otras personas. Por eso, es tan importante descubrir cómo tener confianza. Te ayuda a tomarlas y, lo que es más complicado a veces, a mantener tus decisiones.

¿Por qué debes confiar en tus decisiones?

Como te decía, tomamos y necesitamos seguir tomando decisiones continuamente. De no hacerlo, entraríamos en una especie de estancamiento vital, más o menos importante, dependiendo de las facetas que se vean afectadas. Pero, incluso con las más simples, esa paralización es evidente.

Te pongo un ejemplo muy fácil de entender. Imagina que vas retrasando la decisión de ir a hacer la compra. Vale, durante unos días puedes tirar de reservas, aunque llegará un momento en el que te quedes sin nada. Pero, incluso durante ese periodo que tienes comida, tu dieta puede bajar de calidad porque dejas de comer alimentos necesarios o saludables.

Sin embargo, la actitud dubitativa o la falta de iniciativa no suele darse en esos contextos, al menos no con tanta frecuencia. Las decisiones más difíciles de tomar suelen ser las que ofrecen resultados más imprevisibles, las que tienen repercusiones directas en los demás.

Y, por supuesto, las que nos enfrentan a opiniones distintas, porque nos sentimos solos y eso merma la confianza que tenemos en nuestro criterio. Ahí es dónde mejor se entiende la importancia de saber cómo tener confianza. Porque es imprescindible que tengas una actitud proactiva y te decidas aunque nadie te acompañe.

El miedo y la culpa, principales frenos a la toma de decisiones

Tienes la propuesta de un nuevo trabajo sobre tu mesa hace días. Sabes que no puedes demorar más tu decisión, pero estás bloqueado. La mayor parte de los pensamientos que te invaden son temores: miedo a no estar preparado, miedo a que tu vida personal se vea dañada, miedo a la reacción de tu actual empresa, con la que no quieres acabar mal.

Solo reforzando tu autoestima y la confianza en tu capacidad de gestionar tu realidad puedes salir de esa parálisis.

Tu hijo tiene que empezar el colegio el curso que viene. Estás buscando información exhaustiva desde hace meses. Te lo has estudiado todo al detalle. Sin embargo, cada día te levantas con una elección de centro distinta en la cabeza. ¡Te preocupa tanto equivocarte! Si fallas y el peque no se siente a gusto o la educación no responde a tus expectativas, vas a sentirte culpable el resto de la vida.

De nuevo, la solución a esta indecisión pasa por saber cómo tener confianza en tu criterio.

Consejos para reforzar la confianza en tus decisiones

Empecemos con un pensamiento positivo; ya has demostrado que eres capaz de tomar las riendas de tu vida e ir avanzando y progresando. ¿Cómo crees que has llegado dónde estás hoy? Por mucha ayuda y apoyo que hayas encontrado, has sido tú quién tenía la última palabra sobre su vida y ¡claro que ha salido adelante!

Es importante que todos caigamos en estas pequeñas reflexiones que refuerzan nuestra autoestima. Es verdad que usando capacidades distintas, las que tenemos cada uno individualmente; pero todos contamos con herramientas para manejar nuestra vida. A veces, lo que falta es saber cómo usarlas, cómo sacarles el máximo partido.

La idea es que no solo sobrevivas, sino que seas feliz y disfrutes. La confianza juega un papel esencial en este sentido y puedes mejorarla con estos sencillos consejos.

1. Actuar aumenta nuestra confianza

Parecería lógico deducir que nos sentimos más confiados cuando acertamos con nuestras decisiones. Y, por supuesto, esto pasa. Pero, lo que más refuerza tu confianza es haber actuado.

• Es la noche antes de tu examen para sacarte el carnet de conducir. Lo tienes muy preparado, pero puedes decidir ir mañana o retrasarlo y tener más tiempo. Normalmente, vas a sentirte más frustrado si no lo intentas, aunque suspendas.

Clave: Es un increíble círculo que se retroalimenta: actúas y confías más en ti. Y esa confianza, te lleva a seguir tomando decisiones.

2. Cómo tener confianza aunque falles

Aunque seas tú el que toma la decisión, hay otros factores externos que pueden afectar al resultado final de la misma. Por eso, deberías decidir teniendo en cuenta los recursos con los que cuentas.

Clave: Al final puede no salir como pensaste, pero la decisión no es errónea, la tomaste con el mejor criterio. Y siempre es un elemento de aprendizaje para rectificar o para el futuro.

3. Toma más pequeñas decisiones

No es la mejor idea intentar correr un maratón, si nunca has participado de una carrera más corta.

Clave: El aprendizaje más eficaz es el progresivo, el que va paso a paso, superando retos más sencillos y asequibles hasta llegar a los objetivos más ambiciosos. Esta estrategia es la más efectiva para asentar e incrementar la seguridad en ti mismo.

Saber cómo tener confianza forma parte de un proceso de aprendizaje que siempre te va a plantear retos. Porque uno no confía en sí mismo y ya está, lo ha conseguido para toda la vida. Vas a experimentar fluctuaciones, momentos en los que baja esa autoestima. Las pautas que te he dado te servirán para reactivarte en esos momentos de bajón. Y, si no, sabes que puede contar con nuestra ayuda psicológica.