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Psicología general

Cómo desarrollar una mayor resiliencia emocional

La resiliencia emocional es una de las herramientas más eficaces de las que disponemos en nuestro día a día. Es imprescindible para manejarnos ante la adversidad y seguir avanzando. No podemos evitar los problemas, ¡pero sí impedir que nos paralicen!

Ser resiliente, un proyecto vital

Más de una vez te habrás levantado con tu mejor ánimo, porque tenías por delante un día lleno de actividades y acontecimientos de esos que te apasionan. Y, sin poder hacer nada, de repente, surge un inconveniente, algo que escapa de tu control y te cambia toda la dinámica de esa jornada.

¿Cómo reaccionas? Lo más habitual es que haya un primer momento de indecisión, en el que te sientes perdido. Por supuesto, dependiendo de la gravedad de ese imprevisto, el impacto es mayor o menor. Y, ¿después? Básicamente, te quedan dos salidas:

  • Te hundes, no te explicas cómo te está pasando eso y, simplemente, eres incapaz de sobreponerte.
  • No dirías que estás en la situación perfecta y, probablemente, te hubiese encantado evitar este problema. Pero, la vida es así, con claros y oscuros. Te toca sortear como puedes esta dificultad para poder pasar página y seguir adelante.

El segundo caso es en el que entra en juego la resiliencia emocional. Como ves, no es un poder extraordinario, es una habilidad que se aprende y se desarrolla. Por fortuna, no es una cualidad innata, con la que nacen solo algunos privilegiados. Aunque no te lo parezca, esta capacidad de sortear la negatividad, adaptarte y seguir luchando por tus objetivos está al alcance de todos. Eso sí, requiere de un proceso de aprendizaje y de esfuerzo en el que debes implicarte.

3 pautas para trabajar la resiliencia emocional

Antes de explicarte cómo puedes mejorar tu resiliencia, creo que es importante insistir en dos asuntos. Primero, ser resiliente no conlleva que dejes de sufrir o pasarlo mal. Cuando la vida te dé un revés, te dolerá. Pero, si aumentas tu capacidad de resiliencia emocional, podrás mantener el control de tus emociones, entenderlas y encontrar una salida a ese momento complicado.

Y un poco en la misma línea, no debes identificar resiliencia con frialdad o falta de sentimientos. Lo cierto es que más bien es lo contrario, te permite ser emocionalmente más fuerte, ya que tienes más capacidad de comprender lo que sientes y por qué lo sientes.

Sería perfecto si desde la infancia se trabajase la resiliencia emocional como una competencia más, de manera que fuese evolucionando al ritmo del propio crecimiento personal. Pero, si no ha sido así, siempre estás a tiempo de tomar cartas en el asunto, poniendo en práctica estas claves que te explico.

1. Asume que el cambio es parte intrínseca de la vida

Puede ser interesante recurrir a los clásicos, a los que tanto debemos en las sociedades occidentales. En concreto, recordar que el concepto de crisis en los griegos, de donde proviene este término, no tenía ese tinte negativo que le adjudicamos hoy. Así, podríamos ver las crisis como cambios que nos ofrecen la oportunidad de analizar y encontrar la solución a un problema.

Y es que, la vida es una continua sucesión de cambios. Algunos los decidimos nosotros, pero otros nos sobrevienen sin que tengamos capacidad inicial de intervención. Por eso, es tan importante ver en cada cambio, por negativo que parezca, una posibilidad que se te abre para mejorar tu vida.

2. Resiliencia emocional es saber gestionar tus expectativas

¿Por qué sientes como un fracaso haber tenido un notable en ese examen? Objetivamente es una buena calificación. Pero, tú te habías preparado para llegar al sobresaliente. De ahí que ese resultado te genere frustración.

Es un ejemplo de lo que nos ocurre en todas las facetas de la vida. Si nos hemos puesto unas expectativas muy altas, todo lo que no las alcance nos parecerá un fracaso. Aumentar tu resiliencia emocional implica que empieces por plantearte metas razonables.
¿Quiere esto decir que te tienes que resignar? ¡Ni mucho menos! Lo que te propongo es que escales tus objetivos. Ve poniéndote retos parciales, alcanzables y contrastables, para acabar llegando a esa meta final con la que sueñas.

3. Autoconocimiento desde el cariño

La resiliencia implica, sí o sí, que profundices en el conocimiento de quién eres. Ya sé que así, dicho en abstracto suena demasiado complicado. Pero, es más sencillo de lo que piensas, porque se trata de ir haciéndote preguntas y encontrando las respuestas. Con estas pautas te resultará algo más sencillo:

  • No te hagas trampas al solitario. En el autoconocimiento no hay respuestas correctas o erróneas, solo tus respuestas. Un sentimiento no es mejor que otro, lo que necesitas es saber lo que sientes tú ante una situación concreta.
  • Recurre a la experiencia. Indagar en tus reacciones ante un acontecimiento pasado y superado, puede darte claves muy interesantes para manejarte en una situación similar en otro momento.
  • Evita reprimir tus sentimientos. Los enfados, el miedo o sentir asco son emociones tan básicas y necesarias como las que se consideran positivas. Recuerda que estás intentando conocerte y es inevitable que estas sensaciones formen parte de ti.
  • Pon un foco especial en los estímulos. Piensa que todos necesitamos estar motivados para actuar, más aún en las situaciones complejas. Por eso, es tan interesante que sepas a qué estímulos puedes recurrir, para usarlos inmediatamente.

Por último, no olvides hacer todo este camino de autoconocimiento desde una perspectiva positiva de ti mismo. ¡Pierde el miedo a quererte! Tener un buen concepto de ti mismo no es ser un narcisista. También, es bueno que te mimes y que tengas una cierta indulgencia con tus fallos. Vale que te equivocaste, pero debes tomarlo como parte de tu proceso de aprendizaje, no usarlo para martirizarte.

Avanzar en tu resiliencia emocional es la mejor inversión que puedes hacer en tu desarrollo personal. Las situaciones duras, los obstáculos y los imprevistos forman parte de la vida. Lo importante es que sepas llevártelos a tu campo, que los conviertas en una oportunidad de aprendizaje y superación. Ante cualquier duda, recuerda que la psicología online o presencial es una herramienta que tienes a tu alcance siempre.

Psicóloga colegiada B-01444. Especialista en Terapias de Tercera Generación. Terapia de Aceptación y Compromiso. Terapia Cognitivo Conductual y Neurociencias. Acreditada como Hipnoterapeuta clínico Experto en Psicosomática.

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